Nos acordamos de la primera vez que nos dimos cuenta de que podíamos hacer realidad nuestros mundos imaginarios, y nunca volvimos a sentir algo así. Nunca nos habíamos sentido tan libres.
Quizás la juventud oscile entre la capacidad de errar y lo agridulce de alcanzar sueños, la cuota justa de rebeldía y la complicidad de tu amiga íntima. Explorar el deseo.
Sentimos que hay algo místico, intangible y muy apasionante en sentir la vida en la piel y tener la necesidad de explorar hasta el éxtasis.
Hay algo en el juego inocente de la vida que nos llama la atención, y no nos podemos sentir más afortunadas de estar rodeadas de tantas personas que juegan, impulsan y hoy comparten esto con nosotras.
Esperamos que, el día que te levantes con deseo, hambre y ambición, estas fotos sacadas por la talentosísima —y una de las personas que más admiramos— Mariana, te recuerden que vos también podés ser joven, libre y experimental, y te impulsen.
Con amor,
Victoria y Clara.