5 / OCTUBRE / 2025
¿Qué pensamos a la hora de vestirnos para salir de noche? ¿Cambia la elección de prendas según la fiesta a la que vamos? Son los interrogantes que surgen al hacer un análisis de la relación entre cómo nos vestimos y a dónde salimos. Es una situación de compromiso entre una valoración propia y un código que está implícito.
La rutina suele ser la misma: a dónde vamos, con quién, qué tomamos, qué música va a sonar y por supuesto: qué nos ponemos. Nos gusta salir a bailar y parte del ritual es la elección del outfit. Pasar días pensando combinaciones, para encontrarnos horas antes del evento revolviendo el placard y con mil prendas sobre la cama, diciendo: no tengo nada. O caso contrario; lo que ideamos en nuestra cabeza queda aún mejor de lo que pensábamos.
Al elegir qué ponernos sentimos que el evento nos propone algo, aunque no haya un código de vestimenta explícito. La identidad de las fiestas marca un rumbo en nuestra elección. Si vamos por el color, todo negro, cuero, satén, camisa, un top, pantalón de vestir, jean, poca o mucha ropa.
Por fortuna, hoy hay propuestas en la escena de música electrónica de nuestra ciudad -Mar del Plata- en las que podemos sentir la libertad de vestirnos. Se promueve y se contagia. Elegimos las 3 que más transitamos (además de formar parte de algunas de ellas) porque su impacto visual nos guía en qué decidimos lucir.
No es casualidad que uno de sus eventos más concurridos fue en la semana del festival de cine. La fiesta construyó una pista a partir de sus concurrentes en los que se destacan personas relacionadas al mundo del arte y la cultura. Es en parte por la fuerte impronta en la ambientación visual, a nivel escenográfico y lumínico. Tampoco es menor el hecho que sus eventos más recurrentes son el Club TRI, espacio cultural y de ocio.
El nombre ya lo anticipa: la consigna es bailar. La música lo confirma, y la pista se convierte en un escenario en el que la expresividad se contagia. La vestimenta se vuelve muy visual y apela a la diversidad de su pista que se percibe libre.
Creada por Marquitos Sanabria, Branco Goncalves, Renata Layral y Nicolas Svane
ANTESALA
Es una fiesta nueva que causó mucha expectativa ante su primer evento, que fue en el Casino Provincial. Proponen un espacio de escucha curado e íntimo con una mirada menos masiva y con mucho foco en la cultura de la música electrónica en vinilos. Se inspiran principalmente en el house de Chicago, el techno de Detroit y la escena neoyorkina.
La estética minimalista nos sugiere una apreciación de la nocturnidad que es sensual de forma sutil. Las prendas parecen elegidas para acompañar la atmósfera de sobriedad con el blanco, el negro, las texturas y detalles finos y el brillo.
Creada por Fran Otero, Peter Swarez, Lolo Salvia, Victoria Falco, Clara Miguel y Tomás Raíz
Fotos cortesía de Aldana @aldanadurso
N.O.S
Su estética fue muy clara desde el primer evento: industrial, con inspiración en Berlín y las fiestas de los 90s. La música es primordialmente techno y en vinilos y su espacio también es el Club TRI, en el que pueden hacer su despliegue a gusto.
Su concepto es integral a todas las áreas que cubren, las puestas visuales, la escenografía y su comunicación. También promueven la liberación desde el hecho de hacer fiestas sin cobertura o registro fotográfico.
Se suele ver mucha piel, prendas que remiten a la cultura rave, texturas como cuero y especialmente la predominancia del negro. La oscuridad construye la sensualidad.
No es noticia que la fiesta es uno de los espacios de mayor expresión personal en cuanto a cómo nos vestimos. Es una parte de la construcción de nuestra identidad. Somos nosotros los que elegimos reivindicarlo cada fin de semana.